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Charleroi ha sido durante mucho tiempo sinónimo de escorial, de altos hornos y de declive industrial, la ciudad tiene hoy en día el desafío de ofrecer a sus habitantes y a los turistas una nueva cara. Una de las renovaciones más sorprendentes es sin duda la del muelle de Sambre que se presenta como un paseo muy agradable.

#StreetArt #Renovación #EnPareja

Vale la pena que nos interesemos en la historia de Charleroi, pues está llena de sucesos. Es cierto que son cosa del pasado, pero fueron importantes en su momento. Esta historia dibujó el primer paisaje de Charleroi, el de la industria pesada, con sus chimeneas y sus fábricas yuxtapuestas a casas obreras en una alegre anarquía.

Y justo al lado, el visitante encuentra otra imagen, la de la naturaleza cuando, a la vuelta del camino, podemos admirar un escorial o reponer fuerzas en un gran prado.

Esta joven ciudad es la cuna del país negro, pero no solamente. ¡Lo es también del cómic y de la cultura alternativa! Del cómic, porque es la cuna del editor Dupuis, ¡gran superviviente de la prensa joven con la conocida revista Spirou, editada desde 1938! Pero la cultura en Charleroi es también su Museo de la Fotografía y el Bois du Cazier, declarado patrimonio mundial de la UNESCO así como su campanario, su carillón y las caminatas del Entre-Sambre-et-Meuse, gracias a las que la ciudad tiene un renombre internacional.

Cuando nos preguntamos qué ver en Charleroi también hay que hablar de René Magritte, nacido en Lessines, el artista estudió en Charleroi antes de obtener una plaza en la Academia de las Bellas Artes de Bruselas.